martes, 11 de marzo de 2025

Barranco El Infern con agua( 08/03/2025)



La primera semana de marzo se presentó muy lluviosa. Tanto es así, que La Generalitat activó todas las alarmas llegando incluso a suspender las clases y las visitas médicas no urgentes durante tres días en casi toda La Comunidad Valenciana.

Y, claro, ante este evento estábamos todos los barranquistas pendientes de cómo evolucionarían los caudales de los barrancos. 

Las buenas noticias llegaban. La lluvia caída no alcanzaba niveles como para producir daños materiales y/o personales a la población, pero era lo suficientemente importante para que los barrancos se activasen.

Y en la Vall d’Ebo a día jueves se llevaban registrados más de 400 litros por metro cuadrado. Estaba claro que el barranco de L’Infern llevaría agua. Ahora, la incógnita estaba en cuánta y si tendríamos una ventana de buen tiempo que permitiera que desaguara hasta niveles practicables poder descenderlo.

El viernes apenas llovió y el sábado la previsión meteorológica nos daba una posibilidad hasta media tarde.

Así que Omar y yo (Félix), nos citamos junto con Cris y Minerva para acercarnos el sábado por la mañana y hacer una valoración in situ.

En Valencia, la mañana se presentó frío y lluviosa, pero la meteo nos decía que hacia el sur la situación era diferente. Y así era. A medida que viajábamos en dirección sur, el tiempo mejoraba. Ya en La Vall d’Ebo, vimos que las condiciones eran perfectas: temperatura agradable, sin viento y cielo nublado sin aspecto amenazador.

Nos acercamos al puente en el mismo pueblo para hacer la primera valoración, la cual presagiaba un buen caudal pero factible. No obstante, ya en el parking, decidimos bajar al caudal a valorarlo antes de tomar la decisión de entrar. 



En el parking ya se veía movimiento. Diferentes grupos llegaban y empezaban a prepararse para acometer el descenso.

Nosotros a lo nuestro:bajamos hasta el cauce para observar como el río fluía con alegría pero dejando ver que la parte deportiva estaría factible. Subimos al parking a equiparnos con un plan definido: Omar y yo efectuaríamos el descenso, y Minerva y Cris irían hasta el sifón por el retorno para cerciorarse que la cadena estaba en su sitio y si no fuera así, poder ayudarnos a salir.



En poco menos de 30 minutos estamos ya en cabecera para observar cómo realmente iba a parte deportiva: en caudal alto. La primera cascada nos recibe con un estruendo observando como se generaban movimientos en la poza de recepción fácilmente salvables con un salto en plancha.

A partir de aquí, se suceden las dificultades. Siempre buscando la mejor forma de progresar evitando el agua, la cual te barría los pies con fuerza con el peligro de sacártelos de la roca. Los saltos de agua generaban activos potentes con movimientos en las pozas, que obligaba a no dormirnos y realizar saltos buscando las venas de salida evitando las contras.

La corriente discurría durante todo el barranco, permitiéndonos dejarnos llevar por ella y avanzar “navegando”. 

Vimos varias instalaciones cubiertas por el agua y los pasamanos deteriorados por la crecida.

El barranco se dejaba hacer. Había movimientos que no te dejaban relajarte, pero con cabeza y conocimiento, la verdad es que era una gozada conocerlo así. 

Adelantamos a dos grupos y en poco menos de una hora llegamos a la sala del sifón donde un grupo estaba gestionando la salida con un guiado


Ya viendo que la cadena estaba en su sitio, estaba claro que los grupos podríamos salir, y que la ayuda de Cris y Minerva no sería precisa.

Después de esperar diez o quince minutos, nos llegó el turno. Debíamos saltar a la poza del sifón y agarrar la cadena. El movimiento que se generaba, nos obligaba a romper la cizalla para llegar a ella y poder salir. El movimiento llegaba hasta el final de la poza dificultando el acceso hasta ella. Decidimos intentarlo sin más y lo conseguimos. Primero salta Omar, el cual rompe la cizalla y la agarra con soltura. Y ahora me toca a mí. Salto y me duermo un poco. No logro llegar a romper la cizalla y me toca hacerme fuerte contra la pared y desde ahí ya llego estirándome.

Trepamos y ya saltamos al otro lado del sifón. 



Nos toca el retorno. Pasamos la zona de rápidos tras la Cova Santa y al poco nos encontramos Minerva y a Cris, que nos dicen que acaban de cruzarse con el grupo que nos precedía. Si no hubiéramos decidido bajar primero a valorarlo antes de entrarle, habríamos sido los primeros en hacer el descenso tras las lluvias.

Ya todos juntos emprendemos el retorno, el que, como siempre, se hace un poco pesado. Aunque no deja de ser una maravilla el poder subir de forma vertiginosa, saliendo de la cuenca del barranco, y observando cómo el barranco de Fleix se precipita desde la otra orilla formando una preciosa cascada para luego aventurarse en la zona boscosa que nos lleva hasta el pozo que nos marca el final de las escaleras moriscas y el principio de la última parte de la subida ya por terreno asfaltado.



En el aparcamiento, repasamos la aventura,u la cual nos ha dejado un muy buen sabor de boca. Al fin y al cabo, estamos hablado probablemente del mejor barranco del arco mediterráneo si lo pillamos con agua.


By Fèlix

No hay comentarios:

Publicar un comentario