viernes, 25 de abril de 2025
Pelacanyons en Barranco del Hocino, Tramacastiel 6 de Abril 25
jueves, 24 de abril de 2025
Curso Perfeccionamiento I de Cañones (EVEC) del 22 marzo al 6 abril 2025
Durante el mes de marzo y abril tuvieron lugar las tres semanas del curso de Perfeccionamiento I de Cañones de la Escuela Valenciana de Espeleología y Cañones de La FECV al que acudimos cuatro miembros del Club Pelacanyons: Félix, Agnie, Lorena y Minerva.
Curso dirigido por Alberto Martí, el cual a lo largo de este, nos ha llevado a conocer lo último en equipamiento y técnicas para el descenso de cañones y barrancos.
Empezamos la primera semana con un módulo teórico en el cual hablamos de lo último en equipamiento deportivo para ser lo más eficaz y eficiente.
Porque si de alguna forma puedo sintetizar el curso es en eso. En un mundo donde hay tantas formas de hacer y gestionar las diferentes situaciones, la manera que nos han querido transmitir es hacerlas de la manera más sencilla y eficiente a la par que segura.
Hablamos de neoprenos, de sacas, de kit boules, descensores, mosquetones, Cabos, cuerdas, botas, anclajes, kit de supervivencia, etc… Todo ello aportando lo último y más eficiente.
El domingo se reserva para las técnicas: nueve en retención, ocho en retención, ocho desembragable, dinámico desembragable, fraccionamientos, ocho a la italiana, bloqueo del descensor… Comenzamos a trabajar sobre estos conceptos con una nueva vuelta de tuerca sobre la eficiencia y la seguridad. ¿Cuántas veces hemos estado en una instalación esperando a que pase todo el mundo?¿Cuántas veces hemos decidido montar un desembragable porque sí? ¿Por qué hemos decidido no rapelar en doble?
Se trata de eso, de romper con esquemas preestablecidos y comenzar a ser más eficientes. Que los tiempos de descenso de los barrancos sean adecuados al nivel deportivo del grupo y no a que se deba a aplicar técnicas y conceptos rígidos que nos lastran en nuestra práctica.
El grupo decide no hacer barrancos durante el curso. ¿Por qué? Para aprovechar el tiempo. No tiene sentido hacer un curso de tecnificación en un barranco donde cada uno de nosotros practicaremos una sola maniobra en una vertical. Así podemos estar todo el día practicando.
El segundo día practicamos en el polideportivo de Xeraco en el suelo.
Insistimos en lo aprendido y continuamos avanzando: montaje de pasamanos, sacar un nudo en retención, desviadores recuperables, antirroces recuperables, fraccionamientos concatenados, rápeles guiados, etc…
Van cayendo perlas. Nudo Lorenzi para tensado de cuerdas, diferentes reenvíos para el frenado, uso de la Divider para optimización de las maniobras, colocación de cabos en la cuerda para poder gestionar los rizados…
El tercer fin de semana consiste en poner en práctica estos conocimientos en pared y no en el suelo. En una pared equipada nos dedicamos durante todo el día a repetir y repetir todo lo que hemos aprendido…con examen teórico y práctico de por medio.
El domingo se viene sorpresa: aunque el grupo ha decidido no hacer barrancos durante la formación, Alberto decide que nos enfrentemos a un barranco y que lo hagamos en el menor tiempo posible. Así que por grupos reducidos entramos en el Barranco Fondo de Xeraco.
No hay mucho que decir. En un contexto de curso práctico, parando más de media hora para practicar diferentes técnicas y teniendo algún que otro contratiempo en alguna instalación, los cuatro cursillistas y el monitor, estábamos al pie de la última vertical con las cuerdas plegadas en poco más de dos horas.
La conclusión es que se puede descender un barranco de muchas formas y maneras, pero la forma más eficiente, sencilla y segura debe ser la elección en la mayoría de los casos. Y eso es lo que nos han transmitido en esta formación.
Nuestro más sincero agradecimiento a La EVEC por impartir esta formación, y en particular, a Alberto Martí por el interés que muestra en que aprendamos a tener una perspectiva del barranquismo mucho más dinámica y eficiente sin menoscabar la seguridad.
martes, 22 de abril de 2025
Día 3. Travesía Vallina-Nospotentra
Ya es domingo. Último día de actividad. Todo lo bueno se acaba, pero si se acaba con estilo, mejor.
Y terminar un excepcional viaje a Cantabria con una visita al sistema Vallina es hacerlo con mucho estilo.
Travesía cortita que nos asoma a una red de salas, pozos y galerías que a día de hoy cuenta con casi cuarenta kilómetros topografiados.
A eso de las diez ya estamos en el parking. Desde Arredondo es fácil llegar en menos de 10 minutos por carretera y pista en buen estado. De allí a la boca de Vallina nos separan diez minutos más caminando por la misma pista.
Boca de grandes dimensiones que da acceso a una gran sala que en ligero pero franco declive nos emboca a la gatera de entrada a la galería Vallina. Esta gatera, famosa por poder sifonarse, nos la encontramos totalmente seca incluso con las lluvias que han caído los últimos días.
Enseguida nos encontramos el primer obstáculo vertical: un pozo de diez metros cuya cabecera se encuentra al final de un pasamanos en fijo que nos ayuda a franquear una resbaladiza rampa.
Una vez en su base ya nos encontramos pisando la galería Vallina. Enorme en sus dimensiones, nos va dirigiendo en dirección este. Sorteando caos de bloques y un destrepe equipado, llegamos a la grimpada de veintitrés metros que debemos realizar por la derecha. Una vez arriba podemos admirar las dimensiones colosales de esta galería dirigiendo la mirada sobre nuestros pasos.
Continuamos caminando en la misma dirección sorteando diversos obstáculos hasta la primera bifurcación. Seguimos en la dirección que llevamos, bajando una rampa de techo bajo al principio para llegar al segundo pozo.
Pasamanos en fijo para montar un rápel de doce metros, que nos permite alcanzar una repisa con un nuevo pasamanos que nos asegura el acceso al P18.
Una vez abajo ahora sí nos toca agacharnos un poco para discurrir por la larga galería de La Unión. Poco a poco vamos recorriéndola. A veces caminando encogidos debido a su techo inclinado, a veces erguidos; pero también a cuatro patas en algún punto.
Alcanzamos la sala de techo alto en la que localizamos el pozo de trece metros tras descender una pronunciada rampa arenosa. Arribamos a su cabecera siguiendo una cuerda en fijo que nos ayuda a escalar un resalte de tres metros. Mediante un desviador en fijo este rapel nos permite alcanzar limpiamente el suelo.
Desde su base dirigiéndonos en dirección SSE localizamos la rampa descendente donde notamos la corriente de aire que le da nombre: windy corner.
Las galerías, ya de dimensiones más modestas, concrecionadas y bastante más húmedas, nos dirigen hacia el sur de manera inequívoca hacia Nospotentra. Sólo hay dos puntos a tener en cuenta, pero gracias a los hitos, lo pisado del terreno y la corriente de aire, es fácil dar con la continuidad.
Encontramos la gatera ascendente que nos saca al exterior, desobstruida para facilitar el acceso a la red, que se encuentra en la base del P13.
En quince minutos nos encontramos en los coches tras sortear el desnivel desde Nospotentra hasta la carretera.
Actividad de tres horas en total que cierra este espectacular viaje por tierras cántabras.
Nuestro agradecimiento al restaurante-albergue Coventosa, y a Margarita. No hay vez que no vayamos que no nos traten de manera excepcional.
P.D. Algunos se quedaron con mono y decidieron hacer una visita rápida a Coventosa para ver Los Gours y La Sala de los Fantasmas. La claridad del exterior los recibió con un aguacero que los acompañó hasta el coche pero que no les oscureció el estado de ánimo en ningún momento.
Fin de un viaje que nos ha dejado a todos con muchas ganas de más. Pelacanyons volverá……
lunes, 21 de abril de 2025
Travesía Cueto Carabo-Mina Esperanza (Lanestosa). Día 2 pascuas Cántabras
Reseña Cueto Cárabo Mina Esperanza (19/04/2025)
El sábado amaneció con un cielo cubierto de nubes pero sin lluvia. Un viento leve soplaba con componente norte pero sin llegar a hacerse desagradable. La predicción no era buena para ese día y la noche había pasado dejando lluvias a lo largo de buena parte de ella.
Sin embargo, el día aguantó. Aunque el cielo se mantuvo cubierto en ningún momento nos llovió. Y eso era una buena noticia.
Cueto Cárabo Mina Esperanza es una travesía considerada de iniciación y no por ello deja de ser bastante interesante. Los números hablan por sí mismos: doscientos metros de pozos para desembocar en el cauce del río Cárabo y seguirlo, para luego buscar la conexión con la mina Esperanza a través de una serie de galerías y salas que tras un cierto recorrido nos lleva a ascender a través de pasos equipados en fijo y con grapas a modo ferrata, hasta conseguir alcanzar el túnel de Esperanza a través de un paso desobstruido.
A nuestra particular expedición compuesta por Julio, Minerva, Carlos y yo, Félix, se unen Javi y Sara, llegados a última hora de la tarde del viernes.
A las nueve y media iniciamos el acceso al parking de retorno de Mina Esperanza, el cual se sitúa en el término de Lanestosa. El gps nos juega una mala pasada y nos lleva por caminos que se cortan, hasta que lo hacemos a la antigua usanza y damos con él mapa en mano. Hacemos combinación de coches y, una vez dejado el coche en el parking de aproximación, comenzamos a caminar para dar con la boca en diez minutos. Ésta se halla en el fondo de una dolina de fácil acceso.
Comienza la instalación con un pasamanos de aproximación que nos deja en la cabecera del primer rápel de ocho metros para a continuación tirar un diecisete con el que se alcanza la cabecera del pozo de Damocles, un rápel de catorce en cuya base se encuentra un estrecho meandro desobstruido.
A partir de aquí tenemos los pozos IGN. Una serie de pozos encadenados que de manera elegante nos van dirigiendo hacia nuestro destino. Un P13 deja paso a un P6 que rápidamente se precipita mediante un rápel de doce metros hacia un pasamanos que con dos P8 sucesivos nos dirigen a sendos P20, P22 y P16.
Llegamos a los últimos pozos. Con cuatro rápeles más, alcanzamos el pozo Gavari. Cuarenta y cinco metros volados nos dejan justo encima del cauce del río Cárabo.
Hacemos parada técnica para comer algo y guardar las cuerdas, las cuales ya no las necesitaremos más; y enseguida nos ponemos a recorrer la parte horizontal de esta travesía siguiendo la dirección del río y los reflectantes que nos marcan la dirección a seguir en todo momento. Hay que decir que si no fuera por estos reflectantes junto con los hitos, esta travesía sería verdaderamente complicada de hacer puesto que es bastante perdedora al discurrir entre muchos caos de bloques y cambios de nivel.
Siguiendo el río aguas abajo llegamos a dos resaltes equipados en fijo que nos permiten salvar ambos desniveles de manera segura. Tras ello continuamos un rato más siguiendo el río hasta que los catadióptricos nos llevan a hacer una escalada por bloques y a encontrar un paso gateroso. Este paso nos lleva hasta la sala Metralleta, la cual atravesamos dejando un desfonde a nuestra izquierda.
A partir de aquí la travesía se convierte en un constante subebaja y cambios de dirección, que llevados por la línea de reflectantes no supone gran problema, pero que sin ellos verdaderamente sería muy complicado el orientarse.
Finalmente comenzamos a ascender ya de manera clara. Pronto encontramos la primera línea de grapas que poco a poco nos van llevando a la impresionante sala Igone, ésta de un volumen considerable.
Seguimos ascendiendo por algunas grapas y cuerdas fijas hasta llegar a una sala de techo bajo. La recorremos y enseguida notamos tiro de aire, al que seguimos hasta dar con la línea de grapas que ahora ya sí de manera vertical nos permiten ascender rápidamente el pozo Gudarisco. Sólo nos queda atravesar el paso desobstruido que nos conduce a la Mina Esperanza y recorrer sus casi cuatrocientos metros para salir al exterior.
En diez minutos llegamos al parking de retorno, eso sí, track en mano.
Travesía muy recomendable que tiene un poco de todo: pozos fraccionados que nos permiten desplegar las técnicas de progresión con cuerda doble, gateras, caos de bloques, trepadas, orientación… Una buena actividad escuela para perfeccionarnos en las travesías facilitado por el grado de señalización tan abundante y el magnífico trabajo en su equipamiento.
Y en un tiempo contenido. Un grupo de seis la hicimos en siete horas sin prisas.
Travesía Narizón-Palomas (Castro Urdiales). Día 1 Pascuas cántabras
Reseña salida Cantabria . Día 1: Travesía Narizón-Palomas (18/04/2025)
Este año las Pascuas han caído bastante tarde, motivo por el cual, la ansiada visita a tierras cántabras se ha alargado en el tiempo. Y es que desde Valencia las seis horas y media mínimo no nos las quita nadie por lo que son necesarias cuatro jornadas al menos para poder disfrutar de las travesías espeleológicas cántabras sin apreturas.
Minerva y yo, Félix, nos ponemos en marcha el jueves después de trabajar, y Julio acude vía Madrid llegando ya a mediodía. A Carlos se le complican los planes y no llega hasta el viernes a primera hora de la mañana, cansado pero listo para la acción.
Decidimos el hacer la travesía de Narizón Palomas, tónica de este viaje, al ser esta de iniciación, y porque decidiendo dormir en el parking de la actividad nos acorta el viaje cuarenta y cinco minutos.
El viernes a las nueve ya estamos todos listos y emprendemos la actividad instalando la torca de las Palomas para poder salir tras realizar el recorrido. Son treinta metros que instalamos en un periquete.
A continuación nos dirigimos a la entrada de Narizón, llamada así por la roca a modo de moai que marca la entrada. Su pequeña boca nos deja en una sala que enseguida da paso a un resalte equipado en fijo de 10 metros. Los pasos verticales están todos equipados con anclajes y cuerdas en perfecto estado.
Continuamos avanzando franqueando pasos gaterosos, salas y galerías hasta llegar al paso descendente que de forma helicoidal nos deja en la galería de la esperanza. Empieza la fiesta: formaciones a diestro y siniestro nos rodean. Esta galería nos obliga a avanzar a rastras o a cuatro patas hasta alcanzar el pozo de la esperanza: 35 metros de pozos adiaclasados que de forma elegante nos Dela en la sala del cementerio macarrónico.
Parada para almorzar y decidimos visitar la sala de la joyería. Avanzamos en dirección SSE hasta alcanzar el laminador por el cual llegamos a la sala. Admiramos las magníficas formaciones que brillan como cristales preciosos a la luz de nuestros frontales, para volver al punto donde descendimos el pozo y coger la galería en dirección contraria ya para buscar el paso del macho cabrío y la unión con Palomas.
Este paso se encuentra marcado con hitos y reflectantes pero aún así y todo, no es evidente, por lo que debemos poner los 5 sentidos. Es una estrechez que nos lleva a lo largo de 15 metros zigzagueantes hasta encontrar el pozo de seis metros que da lugar a la conexión a través de la estrecha galería del oso sudoroso.
Llegados a la sala de la encrucijada, por camino evidente y que nos deja caminar, alcanzamos un pasamanos que nos permite salvar un desfonde a nuestra izquierda.
Descendemos un resalte arenoso a modo de tobogán y giramos a la izquierda para ver y oír ya el cauce activo del río que nos acompañará casi hasta nuestra salida. Lo seguimos hasta que vemos cómo se sifona para pinchar por su izquierda mediante una trepada que ya sí nos deja ver la luz de la calle treinta metros más arriba.
Vamos saliendo los cuatro encargándose Minerva de la desinstalación.
Cinco horas nos ha llevado esta actividad disfrutándola tranquilamente.
Ya por la tarde paramos en Laredo a cervecear. Nos coge de camino al albergue Coventosa donde hemos quedado en reunirnos para cenar y planear la actividad del sábado.
Continuará…